viernes, 19 de julio de 2013

La comunicación suicida - Señales de alerta ante un posible suicidio

El suicidio es un proceso que incluye el lapso de tiempo transcurrido desde que el sujeto tuvo el primer pensamiento suicida planificado hasta la realización del intento o suicidio, lo que implica que el suicidio no es una acto que ocurre por impulso de quien lo comete, sino que es un hecho que tiene una historia previa.

En dicha historia son frecuentes los signos de alarma o advertencias, que son manifestaciones verbales y no verbales que utilizan algunos sujetos para expresarse. Estas pueden ser directas e indirectas.
Señales verbales directas: expresiones escritas o verbales tales como “me voy a matar”, “voy a acabar con todo esto”,… Algunos suelen dejar notas o correos de despedida. 
Señales verbales indirectas: expresiones escritas o verbales tales como “quizá ya no nos volvamos a ver”, “quiero que recuerden como una buena persona”, “ya no daré más molestias”,…
Señales no verbales directas: repartir sus pertenencias valiosas, autoagredirse, encargar el cuidado de sus seres queridos o mascotas, etc.
Señales no verbales indirectas: mostrar predilección por temas de muerte o rituales de suicidio, búsqueda de información sobre casos de muertes o suicidios y sus diferentes formas, etc.

Asimismo es necesario tomar en cuenta que estas personas podrían manifestar otros indicadores tales como:
  • Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
  • Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
  • Comportamientos rebeldes, actitudes violentas.
  • Desaparecer varios días o escaparse de la casa.
  • Abandono fuera de lo común en su apariencia personal.
  • Cambios pronunciados en su personalidad.
  • Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse.
  • Deterioro en la calidad de su trabajo o rendimiento académico.
  • Quejas somáticas frecuentes.
  • Pérdida de interés en cosas que antes les parecían divertidas.
  • Tendencia a la queja permanente.
  • Apatía exacerbada, indiferencia.
  • Desinterés por el orden y la limpieza, y por objetos por los cuales antes se veían entusiasmados.

Evitemos que esta comunicación suicida sea decodificada demasiado tarde. Recuerde que el suicidio empieza desde una primera idea.